Vie. Nov 22nd, 2024

3 oct (EFE).- Con la fuerte polémica entre los exseleccionadores Diego Maradona y Sergio Batista como telón de fondo, Argentina encara las eliminatorias para el Mundial 2014 con espíritu renovado y un nuevo entrenador que pretende imponer el orden y la disciplina que definen a su cuerpo técnico.

También con las obligaciones y presiones de siempre, potenciadas en este caso por la frustración que supuso para la Albiceleste no ganar la Copa América que se disputó en casa en julio y que quedó en manos de Uruguay, el equipo que lo apeó de la competición.

El torneo continental desató una crisis en la selección y el despido de Sergio Batista apenas unos días después de haber firmado su contrato, hecho inédito para una Asociación del Fútbol Argentino (AFA) que en las últimas décadas se había caracterizado por respetar los vínculos con los técnicos.

En ese contexto aparecieron los nombres de Gerardo Martino, exseleccionador paraguayo, y Alejandro Sabella, también candidato cuando la AFA no renovó el contrato de Maradona tras el Mundial de Sudáfrica, aunque finalmente fue el exentrenador del Estudiantes de La Plata quien se quedó con el cargo.

Con Julián Camino y Claudio Gugnali como asistentes y Pablo Blanco como preparador físico, Sabella asumió el pasado 6 de agosto el que consideró «un largo viaje» hacia el Mundial de Brasil.

‘Pachorra’, como apodan al entrenador de 56 años, consideró «fundamental» el «sentido de pertenencia» que pretende que sus futbolistas tengan con la selección y dijo que no habría demasiadas modificaciones en la base del equipo que disputó la Copa América.

«Me gustan los equipos equilibrados. Sólidos defensivamente, consistentes en la zona central y agresivos en ataque», aseguró el seleccionador, fiel al pensamiento que plasmó en el Estudiantes, con el que ganó una Copa Libertadores y una Liga local.

Su primer golpe de efecto fue dar la capitanía a Lionel Messi y días después abrir las puertas para los regresos a la selección de Juan Román Riquelme, que había renunciado durante el ciclo de Maradona, y de Juan Sebastián Verón, su jugador símbolo en el Estudiantes.

Hasta el momento, bajo su mando el equipo ha disputado cuatro amistosos con un saldo de dos victorias, un empate y una derrota.

Debutó el 2 de septiembre con un triunfo ante Venezuela por 1-0 en Nueva Delhi y con un equipo que, con algunos retoques, se presume que podría ser el titular.

Cuatro días después, en Dacca, superó a Nigeria por 3-1 mientras que, con futbolistas que juegan en el medio argentino, empató a cero con Brasil en Córdoba y perdió ante el mismo rival por 0-2 en Belém.

Expectativas e ilusiones no faltan en torno a la Albiceleste, que quiere mantenerse al margen de los «disparos» desde Dubai de Maradona, aún dolido por su salida de la selección, y las respuestas de Batista, y pretende no sufrir como en las últimas eliminatorias para sellar su boleto a Brasil. EFE

Por ccarrera