Consuelo, 40 años. Mi esposo se cree la divina papaya y no sé por qué. A decir verdad, es un viejo panzón, paticorto y calvo. Trabaja, manejando un bus y es el terror de las azafatas. No entiendo qué es lo que le ven de bueno, lo cierto es que tiene más de una amante en cada parada. Él se cree el hombre más bello del mundo y siempre me saca en cara, que estoy un poquito pasada de peso. Mi sobrino, trabaja con él, es su cobrador y ambos se acolitan en todo. No me he separado porque tengo dos hijos pequeños y estoy embarazada del tercero. Lo único que sé hacer en la vida, es cambiar pañales, cocinar, limpiar y lidiar con el borracho de mi marido.
Mi querida Consuelo:
Te recomiendo que busques un método anticonceptivo para que no te sigas llenando de hijos. Si sabes cocinar y limpiar, puedes buscar trabajo de empleada y así deshacerte de tu marido.
Tu amiga Conchita