Los estadounidenses de Red Hot Chili Peppers devolvieron al Rock in Rio parte de su esencia rockera diez años después de su última participación en el festival con un concierto que cerró la segunda jornada y que el diluvio que cayó sobre Río de Janeiro amenazó con enfriar.
El escenario Mundo recibió la noche de ayer, además de a la banda californiana, a NX Zero, Stone Sour, Capital Inicial y Snow Patrol, que tuvieron la misión de recuperar el espíritu rockero del festival después de que el pop de Katy Perry y Rihanna elevasen la temperatura en la primera jornada, que se prolongó hasta la madrugada del viernes.
Sea por las ganas de farra o por la euforia que invadió al público, la lluvia no impidió que la fiesta continúe en el escenario Sunset, donde el brasileño Milton Nascimento acompañó a la diva del jazz estadounidense Esperanza Spalding en un encuentro que colmó las expectativas de la multitud.
La climatología, sin embargo, deslució parte de los espectáculos programados para ayer y el encanto que desprende la Ciudad del Rock, preparada para recibir a unas 100.000 personas que cambiarán el «look» veraniego que se vio el viernes por una vestimenta otoñal.
El éxito musical del primer día se vio empañado por las 120 denuncias por robos registrados en el interior de la Ciudad del Rock y en sus inmediaciones.
Las autoridades locales reforzaron el esquema policial con otros 300 hombres que velarán por la seguridad de un festival que congregará hasta el 2 de octubre a unas 700.000 personas en siete noches de concierto.
«La situación es un caos. Trabajamos con la hipótesis de que los ladrones entraron al recinto de forma ilegal», dijo el delegado de la Policía Civil Orlando Zaccone, en declaraciones recogidas por la prensa.
El desorden también se adueñó del sistema de transporte diseñado por la organización, que impide al público que llega en autobús al Rock in Rio desembarcar a menos de tres kilómetros de la entrada al recinto