Los Mundiales de Daegu pasarán a la historia, probablemente, por un sonoro fiasco más que por la excelencia de sus resultados.Cuando en enero del 2010 entró en vigor la regla de “tolerancia cero” con las salidas falsas nadie pensó en la posibilidad de que la víctima fuera la máxima figura del atletismo mundial y en el momento supremo, en la final del campeonato del mundo.
Y sin embargo eso es lo que sucedió. Usain Bolt se escapó en la salida del 100 y el mayor espectáculo del mundo se fue al traste. La polémica subsiguiente alimentará el año que falta para los Juegos Olímpicos. ¿Qué sucedería si la tarjeta roja al más grande se repitiera en la final olímpica? ¿Seguiría la IAAF aferrada al nuevo reglamento aun cuando pueda arruinar el espectáculo?
No fue solo Usain Bolt. También cayeron otros campeones olímpicos: Kenenisa Bekele (retirado en 10.000), LaShawn Merrit (400), Dayron Robles (descalificado en 110 m.vallas), Steven Hooker (pértiga), Irving Saladino (longitud), Nelson Evora (triple), Tomasz Majewski (peso), Andreas Thorkildsen (jabalina).
En el lado femenino tampoco hubo fracasos de campeonas olímpicas: Shelly-Ann Fraser (100), Christine Ohurugou (descalificada en 400), Caster Semenya (800), Blanka Vlasic (altura), Yelena Isinbayeva (fuera del podio en pértiga), Barbora Spotakova (jabalina).
Los campeonatos terminaron, no obstante, con buen sabor de boca porque Usain Bolt pudo hacer una recta triunfal en el relevo para colgarse su segunda medalla de oro y con un nuevo récord del mundo (37.04) que le devolvió, definitivamente, la sonrisa.
La crisis económica mundial no abona el optimismo. La recuperación del atletismo europeo caminará tan lentamente como su economía.