Con el delantero sueco Zlatan Ibrahimovic como refuerzo de lujo, el Barcelona se presenta hoy ante su afición en la Copa Gamper enfrentando al Manchester City después de la temporada más exitosa de su historia con el reto de mantener su nivel de competitividad para marcar un ciclo histórico en el fútbol contemporáneo.
El Gamper, que alcanza su 44ª edición, tradicional puerta de entrada a la temporada, servirá de reencuentro ante una afición que acabó encandilada por los tres títulos del año pasado y de presentación, especialmente de Ibrahimovic, cuyo debut se ha hecho esperar debido a su lesión en la mano izquierda.
Con el listón de la pasada temporada por todo lo alto, el equipo jugará hoy su primer partido en el Camp Nou con la intención de transmitir a la grada el compromiso necesario para afrontar un reto aún mayor, revalidar el triplete (Copa, Liga y Champions) y añadirle tres títulos más, Supercopa de España, de Europa y Mundial de clubes.
EL RETO DE HEREDAR LA ‘9’
Zlatan Ibrahimovic, inicia hoy el mayúsculo desafío que supone heredar la camiseta con el dorsal ‘9’ del Barcelona, un reto multiplicado al ser la incorporación más cara en la historia del club.
Aún sin haber jugado un solo minuto, la expectación generada por el sueco se equipara ya a la de las últimas grandes estrellas del Barça. Se la ha situado al nivel mediático que en su día disfrutaron Ronaldinho y que posteriormente ha merecido Messi.
Zlatan está a un paso de iniciar una aventura tan apasionante como complicada. Ser el delantero centro del Barcelona obliga a ser la guinda de un equipo concebido para gustar, pero también para ganar títulos. Combinar ambos propósitos nunca ha sido fácil.Sobre Ibrahimovic pesarán dos condicionantes fundamentales.
EL PESO HISTÓRICO
El rendimiento de Ibrahimovic dependerá neutralizarlos o multiplicarlos: en primer lugar, el precio de su traspaso, 66 millones de euros (aunque el Barcelona pagó 20 millones ‘en especie’ con Samuel Eto’o), con diferencia el fichaje más caro de la historia del Barça. El segundo tendrá que ver con su predecesor en la demarcación, Eto’o. El camerunés siempre tuvo una relación de amor-incomprensión con las gradas, pero marcó en dos finales de Champions, fue decisivo en las tres Ligas que levantó y acabó cuatro de sus cinco temporadas como máximo goleador del equipo en Liga.
Las comparaciones con Eto’o serán inevitables para ‘Ibra’. Más allá de Eto’o, el ‘9’ del Barça mantiene un peso histórico que ha abrumado a algunos jugadores y encumbrado a otros.
En la última década, los nombres de Kluivert y Eto’o sobresalen por encima del resto.