Nelson Serrano ha vivido horas angustiosas, en un país que no es el suyo y lejos de sus familiares.
El proceso de su deportación hasta ahora es dudoso, pues fue llevado a cabo fuera de los distintos acuerdos internacionales.
La pena de muerte no es justificable en ningún caso, pues ya no estamos en los tiempos milenarios en los que se cobra ba venganza. La ley del Talión no es tan humana que digamos, más bien atenta contra todo proceso de rehabilitación social. Como siempre se ha sostenido, la violencia no se soluciona con violencia.
La muerte de un criminal no soluciona los problemas de inseguridad en el mundo. Los procesos deben ser más integrales, desde la educación y el bienestar social. Uno de nuestros compatriotas va a morir en leyes ajenas.