Los pobladores se quejan de la poca lógica con la que actuaron las autoridades para modificar esta ruta. Se quejan de este descuido.
En el sector de Santa Anita, al noroccidente de la capital, la calle Bernardo Legarda, es demasiado estrecha.
Los automotores que circulan por ese espacio, tienen que hacerlo con precaución para no rozarse entre ellos, ya que la vía va en los dos sentidos. En esa zona no existen veredas, por lo que los peatones tienen que caminar peligrosamente entre los carros para poder movilizarse.
A este inconveniente se suma la falta de una barrera de contención, que evite que los transportes se caigan hacia un parque improvisado que se encuentra unos metros más abajo de esa ruta. Los vecinos están preocupados, porque los buses y camiones transitan a altas velocidades sin tomar las precauciones del caso.
“Para nosotros es difícil caminar por aquí. No hay calzadas. El tráfico vehicular es desordenando y aparte de todo, la circulación fluye en los dos sentidos. Esto es ilógico. Nos da miedo de que en cualquier momento algún carro pueda caerse a la cancha del barrio”, señala Magdalena Vaca, moradora de la localidad.
Por su parte, Oscar Léiner, poblador, agrega que la tensión de los lugareños aumenta, porque ya se avecina la época escolar y los estudiantes del barrio tienen que enfrentarse al riesgo que genera esta calle a diario.
El pedido del comité barrial es que las autoridades acudan hasta el lugar para que constaten los hechos.
Las canaletas están tapadas
Según informan los moradores de Santa Anita, cuando asfaltaron la calle Bernardo de Legarda, los ingenieros taparon las canaletas por las que circulaba el agua. Esta anomalía en la construcción, causa que durante las lluvias que se registran en la zona, las viviendas se inunden, porque ahora ya no cuentan con un acueducto en buen estado.