En ingreso a ese barrio resulta una tarea imposible para los automotores privados y el transporte público.
En la localidad de Auqui de Monjas, al sur oriente de la ciudad, llegar hasta las viviendas de sus habitantes se torna cada vez más difícil.
Los moradores comentan que todos los días tienen que bajar por caminos empedrados y llenos de polvo para poder movilizarse a sus respectivos lugares de trabajo.
Debido a estos inconvenientes, el transporte público ya no sube hasta el sector. La única forma de movilizarse que tienen los vecinos, es un servicio de camionetas particulares que circula con poca frecuencia.
Este lugar fue legalizado en 1999. Pese a ello no cuenta con alcantarillado y en épocas invernales, las calles se transforman en un completo lodazal.
“Cuando llueve esto es una laguna. Tenemos un barrio en malas condiciones. No es posible que las autoridades nos tengan olvidados a pesar de estar legalizados. Solo pedimos que nos tengan en cuenta para los planes de pavimentación”, destaca Luz Tipán, pobladora del lugar.
Cerca de 500 familias habitan en ese espacio de la urbe, por lo que también es necesario revisar el plan de recolección de basura que existe para este sitio. Sobre el tema, Lino Lema, lugareño, comenta que en vista de la escasez de camiones que recogen desechos, muchos comuneros arrojan la basura a una de las quebradas aledañas al barrio, pero considera que esta no es la solución.
Una cancha levantada a pulso
En vista de la falta de atención de las autoridades municipales, vecinos de esta localidad del sur oriente de la capital, decidieron realizar una minga y construir una cancha de fútbol para organizar campeonatos los fines de semana. Así lo confirmó Luis Chuquitarco, representante barrial, quien indicó que este espacio es fruto de la unión de la comunidad.