Siempre han generado descontento las reiteradas vacaciones que se toman los honorables miembros de la Función Legislativa.
A parte de que sus remuneraciones están sobre los cinco mil dólares, también se precautela su trabajo, extendiéndoles varios períodos vacacionales.
En cualquier otro empleo, las vacaciones se las recibe una vez al año, si es que se puede. De otro modo, esa palabra no es aplicada. Todos los oficios y profesiones merecen la misma consideración. Es cierto, que la labor de legislar es muy importante, pero realmente ellos son los únicos que no cumplen sus ocho horas diarias. Esto debe ser motivo de reflexión, pues se debe dejar a un lado estos beneficios.
Estos privilegios, además retrasan el avance de leyes, que son necesarias para el país.