Ya iniciaron los operativos para clausurar las salas de juego y casinos en el país, tras la aprobación de la Consulta Popular del 8 de mayo. Lo que no ha quedado claro es el proceso que se llevará a cabo y las alternativas que se adoptarán.
Es cierto que ese tipo de negocios se presta para el enriquecimiento ilícito y el lavado de dinero, pero no se ha tomado en cuenta que se perderán miles de puestos de empleo. Quizá el Ministerio de Turismo debería estructurar un plan de nuevas alternativas para ese sector.
Para todo problema, debe existir una solución.
No alcanza con eliminar las salas de juego. Quizá debería crearse una normativa en cuanto a las actividades turísticas, en las que se los pueda incluir. Así se evitará engrosar las listas de desempleados.