Tras la renuncia de César Rodríguez a la coordinación del Movimiento País, la bancada de la oposición le ha propuesto cambiarse de camiseta de inmediato, ofreciéndole la candidatura a la presidencia de la Asamblea Nacional. Parece que la idea no le ha disgustado del todo, pues no se ha negado en primera instancia. Ahora la labor del legislativo de debatir y producir leyes en favor del desarrollo del país se ha desconfigurado por completo. La función se ha convertido en un juego de ajedrez en donde los legisladores no son más que piezas para darle más o menos poder al Ejecutivo.
Los debates se han quedado en segundo lugar, por ejemplo de la ley de Salud Pública, en la cual se contempla a las enfermedades raras como responsabilidad del Estado.