Una tormenta tropical causó inundaciones y aludes que dejaron ocho muertos y 18 desaparecidos, asimismo varios pueblos devastados en la provincia de Albay, en el noreste de Filipinas. El gobernador de Albay, Joey Salceda, afirmó que tres niños murieron en un alud en un poblado montañoso y dos hombres murieron aplastados al desplomarse un árbol. Otros dos hombres fallecieron en accidentes relacionados con la tormenta.
Cuatro hombres fueron reportados desaparecidos, luego de que la tormenta tropical Nock-ten inundó 15 poblados agrícolas.