Jue. Sep 19th, 2024

Tres redadas diarias, son la medida adoptada por el Municipio en conjunto con la Policía y las Fuerzas Armadas.

Más de veinte policías, quince uniformados metropolitanos, agentes del Municipio quiteño y representantes del Ministerio de Salud, emprendieron las tarde del pasado lunes, un operativo, que tenía como objetivo principal incautar botellas de licor adulterado y las reservas de puntas caseras, que se guardan en algunas viviendas del centro de la ciudad. “El estado de excepción que rige en el país, nos obliga como funcionarios a precautelar la vida de los consumidores. El problema tiene tamaño nacional y esa es la razón por la que debemos incautar todo el licor adulterado que se almacene en las casas del distrito”, señaló Carmita Jaramillo, Comisaria.
El decomiso inició a las 17h00. El primer lugar que se visitó fue el barrio ‘Libertadores’. En las primeras tiendas, los comerciantes habían sido alertados de la medida y no se encontró ningún tipo de bebida alcohólica.
La sorpresa fue grande cuando en una rústica casa, se encontró dos galones llenos de puntas. Los dueños de la vivienda indicaron que la bebida era de consumo propio.
“El problema de una sociedad alcohólica está basado en los serios problemas coyunturales que las personas viven. El licor es una de las aristas. Hay que combatir a la droga pero sobre todo a la violencia”, indicó Jaramillo.
En una tienda ubicada en el barrio ‘La Concepción’ se logró incautar una decena de botellas, que según el inspector del Ministerio de Salud, son el principal problema. Sin registros sanitarios y sin fechas de elaboración y caducidad, estas botellas sonun foco de intoxicación.
Como este operativo, cerca de veinticinco se desarrollaron a lo largo del distrito metropolitano. Decena de litros fueron incautados por las autoridades. La medida de recuperación de este tipo de licor se llevará a cabo por sesenta días más.

Padecen los más humildes

En el operativo de incautación de licores adulterados y de aguardiente casero, decenas fueron las personas que impugnaron la medida. “Vivo de eso mi señorita, las vendo por la ventanita de mi casa. Con lo que gano como. Las he vendido años y nunca pasó nada”, señaló entre llantos, María Guamán, humilde mujer de 69 años.

Por kochoa