Parece que bajar de peso se ha convertido en la obsesión de algunas famosas de tv, como Doménica Mena y Gabriela Pazmiño, pero también hay una decidia que espanta, en figuras de pantalla, como la presentadora de “La Plena”, María Eugenia Encalada, a quien le da igual lucir delgadita o redondita.
LOS ROLLOS NO LES AFECTA
Mientras unas se someten a dolorosos y carísimos tratamientos para reducir talla y hasta acuden al bisturí para verse regias de manera más eficaz, la “ex Angel Blanco”, lo toma a la ligera. Muy “suelta de huesos” y sin ninguna preocupación, asegura que todo lo tiene en su lugar, no le afecta ni siquiera en la ley de la gravedad.
Desde algún tiempo, la ex reportera de “Rojo Rosa” está muy subidita en sus medidas y a pesar que sus compañeros del canal, la molestan hasta frente a las cámaras por lo “regordita” que se ve, hace caso omiso.
Pero aunque niegue que no le importa las críticas, hace poco se retractó y anunció que en un mes, se sometería a una liposucción.
Habría que ver si el anuncio se hace realidad, porque desde hace algunos meses viene con el mismo cuento y nada.
LE HACE FALTA DEJAR LAS GRASAS
A María Eugenia Encalada, a la fecha le está haciendo mucha falta una lipoescultura, porque está rellenita por donde se la vea y hasta por la cabeza, ya que se maneja una abultada cabellera que da miedo.
La presentadora de “La Plena” es una chiquilla preciosa, nadie dice lo contrario, pero la imagen en televisión, es importantísima.
Muchas han sido las veces que la hemos encontrado solo con la cara lavada, lo cual deja mucho que desear y sobretodo, porque con un poco de maquillaje y un buen peinado no le caería mal.
Ella debe estar muy consciente, que es imagen pública. Además que los “chismosillos” andan por todo lado y le ven hasta el último pelo.
María Eugenia Encalada, ya es hora que busque un buen asesor de imagen, para que la ayude a vestirse y mantenerse mejor.
DOMÉNICA HACE SU MEJOR ESFUERZO
Dicen que Encalada debería copiar el estusiasmo que pone su amiga y ex compañera de canal, Doménica Mena, quien se sometió a severas rutinas de ejercicios para bajar algunos kilitos y hasta se ha “cosido” la boca para mantenerse en forma.
Nos han contado, que para ella no comer es un verdadero sacrificio, pero que lo hace para verse espectacular, sobre todo ahora que está muy enamorada de su novio.
LAS DIVAS SE JUNTAN PARA BAJAR DE PESO
Algunas presentadoras de tv, por más que invierten en pastillas y alguno que otro “truquito” para lucir delgaditas, no les hace efecto, como parece que ocurre con la “Reina de la farándula”, Marián Sabaté.
A la presentadora de “Esto no tiene nombre” cada día la vemos más “infladita”, pues cualquiera diría, que sus cuatro décadas, si la están afectando en su anatomía.
Además para nadie es un secreto que Sabaté padece de la tiroides.
La que sí está quedando “papelito” es Gabriela Pazmiño, quien en la actualidad acude al gimnasio y hace todo lo posible para cuidar su figura.
Nos datearon, que varias “divas” de la televisión están pensando juntarse para practicar algunas disciplinas deportivas, con el fin de mantenerse en forma y terminar con el problema de sobrepeso, que permanentemente las aqueja y que hasta las desmotiva.
Una de ellas sería la conductora del programa “Entretenidas”, Sofía Caiche, quien, a pesar que las desilusiones amorosas le sirvieron para diluir las grasas, hoy quiere estar mejor para que todos la admiren. En especial su actual pareja, el “Travieso”, Armando Paredes.
Muchas son las “gorditas” de la pantalla que lograron su objetivo y dejaron de lado los rellenos. Recordemos que la actriz y presentadora Tábata Gálvez hace muchos años lucía bastante “pesadita” y en la actualidad se la ve normal.
RELLENITAS POR GOLOSAS
Para todas las “famosillas”, como para cualquier persona, uno de los principales impedimentos para mantenerse en forma son los alimentos. La misma Marián Sabaté, en alguna ocasión “sin pelos en la lengua”, nos confesó que no se puede privar de las golosinas. “Igual me quieren gordita”, ratificó la ex conductora de “Caiga quien Caiga”. En todo caso la farandulera puede llevarse a la boca lo que quiere. Marián ya no vive de prejuicios.