El hampa y la venta de estupefacientes tiene atemorizados a los vecinos de esa localidad. Solicitan más patrullajes.
En la calle Sozoranga, localizada en el sector de La Gatazo, al sur de la ciudad, los pobladores se quejan de la escasa seguridad y de la poca atención que le prestan las autoridades en temas de alumbrado.
Según los moradores, esta vía fue rehabilitada hace algunas semanas para mejorar la circulación. Sin embargo, no ha servido de mucho, ya que la mayoría de transeúntes prefieren no pasar por ahí por la cantidad de maleantes que merodean la zona.
Esta clase de problemas han llevado a la ciudadanía ha tomar medidas. Meses atrás instalaron una alarma comunitaria. Pero este elemento no es de mucha ayuda a la hora de tomar acciones. De acuerdo con los habitantes, no existe una férrea unidad entre los vecinos.
“Hace unos quince días se metieron a robar a mi casa, activé la alarma, pero nadie salió a auxiliarme”, aclara Blanca Oña, pobladora de la zona.
Por su parte, Eduardo Salguero, lugareño, manifiesta que aparte de los robos y asaltos a mano armada que se dan en el sitio diariamente, existe otro inconveniente que es la venta de droga a plena luz del día.
Señala que nadie se atreve a denunciar a quienes práctican el ilícito negocio por temor a las represalias.
La dirigencia barrial ha pedido a las autoridades municipales, implementar más patrullajes policiales.
Lote baldío es el escondite
Sobre el tema de la delincuencia en la zona de La Gatazo, Augusta Pacheco moradora del lugar, comenta que la principal guarida de los hampones es un terreno baldío localizado muy cerca de la calle Sozoranga. Pacheco indica que en ese espacio no existe iluminación, situación que es aprovechada por los maleantes en horas de la noche.