El santuario que tiene cerca de 400 años de historia estaba en malas condiciones, pero el trabajo conjunto de los pobladores lo rehabilitó.
En la Parroquia de Pifo, al nororiente de la capital, los vecinos de la localidad realizaron una minga general para poner a punto la iglesia. Este templo es uno de los más antiguos de la ciudad, ya que fue edificado en 1690, cuando los colonizadores españoles llegaron a invadir el territorio Inca.
Según Luis Mejía, párroco del lugar, el espacio religioso tenía una extensión de 80 metros de largo. Sin embargo, la comunidad religiosa encargada del mantenimiento tuvo que reducir 14 metros, debido a que algunas paredes presentaban humedad.
“Todavía mantenemos lo que es el techo y parte de la capilla original, pero el paso del tiempo ha dejado huellas y por ello los moradores decidieron realizar los arreglos”, puntualizó Luis Mejía.
Además, el religioso destacó que para realizar las mejoras hubo ayuda de personas externas que aportaron económicamente.
Actualmente, los pobladores de esa zona, solicitan a las autoridades municipales que se hagan presentes para ayudarles a construir una nueva cúpula, debido a que la que ahora tienen, puede caerse de un momento a otro por las fuertes lluvias.
Un lugar con mucha historia
De acuerdo con lo que indican los historiadores de la localidad, Pifo fue fundada en honor a los colonizadores españoles que se hospedaron en ese pequeño poblado indígena durante su travesía hacía las profundidades del río Amazonas. De este hecho parte su nombre actual, Pi, por Francisco Pizarro y Fo, por Francisco de Orellana, ambos personajes históricos de la época colonial. Esta es una de la parroquias rurales más antiguas del Ecuador.