La mayoría de ciudadanos se quejan por la falta de seguridad y el aumento del índice de robos en el país. Pero también es cierto, que miles de nosotros contribuimos directamente con este problema social, pues compramos cosas robadas, a precio rebajado.
Entonces hay que tener en cuenta que detrás de un artículo robado, existe una persona que fue violentada para arrebatarle sus pertenencias. El respeto debe empezar por nosotros mismos. Somos parte de un colectivo social, que ante tanta violencia y delincuencia debe ser solidaria.
El desmantelamiento de las ‘cachinerías’ no será suficiente, si aún existe gente que compra en la calle, objetos de dudosa procedencia.
Otro aspecto reprochable, es que si ven a alguien que está en estas dificultades, nadie es capaz de ayudar por lo menos llamando a las autoridades. Aquí es muy normal ver atracos a plena luz del día y solamente comentar entre nosotros, lo grave de la situación. ¡Es hora de actuar con firmeza en nuestra propia defensa.