En el sector de Pisulí Alto al norte de la ciudad, los moradores se quejan de la falta de transporte público que llegue hasta la zona.
Los habitantes deben subir a sus hogares en medio de las intensas lluvias en el invierno y de fuertes polvaredas en el verano.
“Cuando llueve, todas las vías están cubiertas de lodo. No hay por donde caminar. Además las caneletas se tapan y las casas se inundan”, aclara Blanca Montenegro, pobladora.
Pero las inconformidades de los lugareños tienen más motivos. El agua potables y los servicios de alcantarillado son un mito.
Carmén Cuzco, comerciante de la localidad, indica que para que sus vecinos puedan obtener el líquido vital tienen que contratar un taquero que lleve agua semanalmente.