En el Comité del Pueblo, ubicado al norte de la capital, los puestos de los comerciantes informales ocupan la mitad de las calles y de las veredas. Por este espacio es casí imposible circular, según los moradores.
“Ventas por un lado, ventas por el otro, no hay por donde caminar”, indica Douglas Bastidas, habitante de la localidad.
Mónica Quishpe, pobladora del sector, comenta que la anterior administración municipal les ofreció construir un centro comercial en el actual estadio de la parroquia, pero no lo cumplieron.
De otro lado, Mario Condor, quien circula con su auto por las calles de la zona todos los días, afirma que el tráfico vehicular es un caos y que esto representa una molestia para todos los vecinos del barrio.