Desde que el volcán entró en erupción, miles de pasajeros en Australia y Nueva Zelanda se han quedado sin vuelos.
En Sudamérica, los principales aeropuertos internacionales de Argentina y Uruguay están cerrados. Esa situación obligó al presidente electo del Perú, Ollanta Humala, a cruzar el Río de la Plata desde Uruguay hasta Argentina para reunirse con la presidenta argentina Cristina Fernández. Mientras tanto, las autoridades del fútbol argentino estaban preocupadas de que la ceniza volcánica obligara a demorar el comienzo el 1 de julio de la Copa América, el campeonato regional.
En Sydney, varios ciudadanos han reservado pasajes en varias aerolíneas, pero no han podido movilizarse. Los viajes desde Melbourne y Adelaide se han reanudado, pero el servicio aéreo entre Australia y Nueva Zelanda sigue suspendido.
Por otro lado, la Empresa Brasileña de Infraestructura Aeroportuaria, más de un 20% de las salidas internacionales fueron canceladas. El aeropuerto con mayor número de vuelos suspendidos es el de Guarulhos, en Sao Paulo, seguido por el de Galeao, en Río de Janeiro.
Pese al caos aéreo, la Comisión Nacional de Energía de Argentina ha informado de que las cenizas que expulsa el volcán no contienen sustancias que puedan ser perjudiciales para la salud.