EFE.- El Peñarol uruguayo intentará mañana volver a hacer pesar su ‘corazón y entrega’, piezas clave en su camino hasta la final de la Copa Libertadores de América, para buscar un resultado positivo contra el Santos brasileño, que llega al partido de ida con bajas defensivas.
Aunque no tiene grandes figuras y estaba lejos de ser considerado entre los favoritos al inicio del torneo, la plantilla del Peñarol fue ganando confianza con los buenos resultados y se terminó de solidificar cuando eliminó en cuartos de final al también brasileño Internacional de Porto Alegre, actual campeón del torneo.
El entrenador Diego Aguirre, que marcó el gol decisivo para que el Peñarol ganara su última copa Libertadores en 1987, ha logrado sacar el mayor jugo de sus dirigidos.
Los carboneros, como se le conoce, son un equipo duro, con defensas y centrocampistas que hacen pesar su temperamento y no tienen problema de poner pierna fuerte.
Conscientes de sus limitaciones para el buen trato del balón, los futbolistas del Peñarol luchan cada uno como si fuera el último.
Con espacios para el contragolpe, la velocidad del argentino Alejandro Martinuccio ha sido fundamental, pero las cosas se complican cuando el rival cierra los caminos hacia su área y los espacios se achican.
Entonces suele surgir la figura del ariete Juan Manuel Olivera, que hace pesar su estatura y buena ubicación en el área rival y lleva marcados cinco goles.
El equipo será impulsado desde las tribunas del estadio Centenario por unas 50.000 personas que agotaron los boletos en pocas horas.
El Peñarol es un viejo conocido de la Copa Libertadores porque ganó el título en 1960, 1961, 1966, 1982 y 1987, pero han transcurrido 24 años desde su última conquista, mucho tiempo para el equipo premiado como el mejor de América en el siglo XX por la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol (IFFHS).
Además, es el que disputó más finales de la Copa: diez en total.
El Santos, cuya llegada a Montevideo estuvo rodeada de incertidumbre por el cierre del aeropuerto como consecuencia de las cenizas del complejo volcánico chileno Puyehue-Cordón Caulle, tendrá tres bajas en la defensa.
En el partido de ida de la final no podrá contar con Edu Dracena, sancionado, y los laterales titulares Jonathan y Leo, que no se han recuperado de lesiones.
Estas bajas se suman a la del centrocampista Paulo Henrique Ganso, que ya estaba descartado para este partido por una problema muscular.
El entrenador del Santos, Muricy Ramalho, deberá improvisar en algunos de los puestos de la defensa dando ingreso a futbolistas jóvenes cuya falta de experiencia en partidos de tanta trascendencia puede ser peligrosa.
Sin embargo, el poderío del equipo brasileño está desde la mitad del campo hacia adelante.
El centrocampista internacional Elano mueve los hilos de su equipo cual titiritero y, además, agrega un potente remate de distancia mediante el cual ajustició a más de un portero en la Libertadores.
Pero la magia santista, como otrora la puso ‘O Rey’ Pelé ahora es propiedad de Neymar, el joven delantero que explotó en el último Sudamericano sub’20 y va camino a ser figura en la selección absoluta.
Dueño de un regate endiablado, es la llave para abrir las defensas rivales. Tendrá a su frente futbolistas fuertes, recios y experimentados.
De ese duelo dependerá buena parte de la suerte de los equipos en el primer partido de la final.
– Alineaciones probables:
Peñarol: Sebastián Sosa; Alejandro González, Carlos Valdez, Guillermo Rodríguez, Darío Rodríguez; Matías Corujo, Luis Aguiar, Nicolás Freitas, Matias Mier; Alejandro Martinuccio y Juan Manuel Olivera. Entrenador: Diego Aguirre.
Santos: Rafael; Bruno Aguiar, Bruno Rodrigo, Durval, Alex Sandro; Adriano, Danilo, Arouca, Elano; Neymar y Zé Eduardo. Entrenador: Muricy Ramalho
Árbitro: el paraguayo Carlos Amarilla.
Estadio: Centenario, de Montevideo.
Hora: 19h50 hora
EFE