Antonio Valencia dispuesto a vaciar la cuenta para quedarse con el palacete.
El mejor jugador del mundo, Cristiano Ronaldo, ha puesto a varios jugadores a disputarse la compra de su antigua casa.
Desde que está en venta la mansión en la que vivió hasta hace poco, en Manchester, Inglaterra, han aparecido varios compradores que aspiran adueñarse de la vivienda del portugués, avaluada en 8 millones de dólares.
El jugador argentino Carlos Tévez, quien acaba de pasar del Manchester United al City, está pujando por adquirir la mansión, que tiene todas las comodidades posibles.
Pero Tévez no es el único que desea el domicilio, ya que a la «competencia» se sumaron: Touré, Gareth Barry, Emmanuel Adebayor, y el ecuatoriano Antonio Valencia. Todos ellos son potenciales compradores de la mansión conocida como «Gold Trafford».
Touré se quedó tan enamorado del tremendo caserón, que ya tiró una oferta de 9.200.000 dólares, pero cuentan que el lugar quedará para el atacante argentino, dado que superará esa oferta.
El extremo derecho ecuatoriano, Antonio Valencia, de 24 años, deberá realizar una interesante oferta para quedarse con la vivienda, pues después que firmó en junio pasado, con el Manchester United, el dinero no es problema en su vida, pues el futbolista de Lago Agrio tiene un sueldo envidiable (75 mil libras semanales).
* LA MANSIÓN
Cristiano Ronaldo, quien ahora vive en Madrid, ciudad en la que defiende los colores del Real Madrid, compró la lujosa mansión a la que llamó «Gold Trafford» hace seis años, por poco más de cuatro millones de euros.
Este «caprichito» tiene siete habitaciones, piscina cubierta, jacuzzi, gimnasio y cine privado, además de un inmenso y hermoso jardín.
Con la venta de su ex residencia, el «crack» portugués sacaría más de dos millones y medio de rentabilidad.
Esta ganancia no le caería nada mal a su bolsillo, ya que le servirá para pagar los cinco millones de dólares que se gastó en su nueva mansión en Madrid, la cual se encuentra en uno de los barrios más prestigiosos de toda Europa llamado Pozuelo de Alarcón, lejos del bullicio y la vida nocturna de la ciudad. (FO)