omas con sus compañeros, Gustavo Figueroa, capitán de Sociedad Deportiva Aucas se alista para su práctica diaria. Usando una gorra negra sobre su extensa y lacia cabellera, espera a un costado del terreno de juego por el fisioterapista del equipo para realizar un trabajo diferenciado. Mientras lo hace, relata con nostalgia y alegría como se inició en el Fútbol.
LA PASIÓN
NACIÓ CON ÉL
Con agrado recuerda que a los 11 años formó parte de la escuela de futbol Ciudad de Quito, en donde se destacó como delantero. A los 14 años pasó a Liga, club en el que a los 18 años debutó como profesional.
Paseó su calidad por elencos como Nacional, Emelec, Deportivo Cuenca, Sporting Cristal (Perú), Macará, Azogues y la Selección Nacional . De esas ex periencias le han quedado grandes amigos, pero tres en particular lo marcaron, Vilson Rosero, Pablo Arévalo y Wilmer Zumba.
UN CAPÍTULO APARTE
Cuando habla de Aucas sus ojos toman un brillo especial. Se confiesa un hincha más. Explica que nunca olvidará aquel partido con Macará en el 2000, cuando anotó sus dos primeros goles con el ‘Idolo’. Relata con un gesto alegre en su rostro, que a partir de ese encuentro recibió el sobrenombre de ‘Potro’. Señala que cuando anotó el segundo tanto, el relator Roberto Machado, lo bautizó así por su peinado y por la forma en la que apiló rivales a lo largo del terreno de juego para convertir.
En 2003 regresó a Aucas y marcó 21 dianas en esa temporada.
EL TALENTO
ESTÁ INTACTO
Con un tono serio en sus palabras, asegura que en su etapa actual en la escuadra oriental, trata de transmitir sus vivencias a los más jóvenes. Sueña con subir a la Primera B, a la serie A y ser campeón nacional con Aucas. Espera algún día retornar al seleccionado nacional, “Mientras uno tenga sueños los puedes cumplir. No importa la edad que tengas”, sostiene el ‘Potro’. Es un gran profesional.