EFE.- Martín Palermo, el goleador histórico del Boca Juniors, disputará el próximo fin de semana, ante el Banfield, su último partido en el mítico estadio ‘La Bombonera’, donde nadie ha marcado más tantos que él (129), en busca de otro récord.
De momento, con 227 goles en los torneos argentinos de la Primera División, Palermo comparte con José Sanfilippo el quinto puesto de los goleadores históricos de su país, pero el cuarto, Manuel Pellegrina, tiene 229 y a Palermo se le hace la boca agua.
Los expertos en estadísticas, que atribuían a Pellegrina 231 tantos, revisaron en los últimos días los números y llegaron a la conclusión de que había un error en el récord del recordado punta del Estudiantes de La Plata y Huracán (entre los anos 30 y 50) y que tiene dos goles menos, por lo que Palermo ha quedado a las puertas de una nueva marca.
Al mismo tiempo, no faltan en el mundillo boquense los intentos de persuadir el futbolista de que no se retire el domingo día 19 y que renueve su contrato por seis meses más, ante lo cual se resiste con firmeza.
Palermo es «el optimista del gol», como le llamó el entrenador Carlos Bianchi, quien lo dirigió en la etapa en la que el Boca Juniors logró la mayor cantidad de títulos de su historia, y el mismo optimismo tiene aún, a menos de diez días de su retirada.
Bianchi es nada menos que el decimotercer goleador mundial de todos los tiempos, y «El Loco» hace honor a quien le impuso un rótulo que ya es marca registrada manteniéndose en la cresta de la ola en el umbral de los 38 años.
Con 14 títulos ganados con la camiseta boquense, ocho de ellos en torneos internacionales, Palermo acumula numerosas anécdotas, tanto de hechos gloriosos como curiosos y tristes.
Ha superado numerosas etapas de desaciertos y de críticas, como aquella que interrumpió entre 1999 y 2009 su ciclo en la selección argentina, después de fallar en la ciudad paraguaya de Luque tres penaltis frente a Colombia en la Copa América.
Una década después abrió a Argentina, con un gol ante Perú, la puerta de la clasificación para el Mundial de Sudáfrica 2010, el único que ha disputado.
También sufrió dos lesiones importantes en su carrera. La primera en noviembre de 1999 cuando se rompió los ligamentos cruzados de la rodilla derecha y estuvo siete meses inactivo.
La otra mientras jugaba en el Villarreal, en noviembre de 2001, cuando después de marcar un gol contra el Levante, en la Copa del Rey, se le cayó encima un muro de cemento y se fracturó el tobillo derecho. En 2006 tuvo un duro bajón anímico cuando falleció su hijo seis horas después de nacer.
Su realización más espectacular fue la del año 2007 ante el Independiente de Avellaneda, con un remate a puerta lanzado desde 61 metros de distancia que el guardameta Oscar Ustari, actualmente en el Getafe español, no pudo tapar.
El primer tanto para el conjunto auriazul lo marcó en la Liga local ante Banfield en 1997, tras su incorporación al equipo más popular de Argentina procedente del Estudiantes de La Plata, conjunto con el que había anotado 34 desde su debut en la Primera División en 1992.
Entre los goles más curiosos de este singular futbolista que entre 2000 y 2004 jugó en los equipos españoles Villarreal, Betis y Alavés, figura un penalti lanzado con los dos pies por un resbalón al Platense en el torneo Clausura de 1999.
Su obra cumbre tuvo lugar en 2001 en Japón, cuando marcó dos goles en los primeros seis minutos de juego en la final de la Copa Intercontinental ante el Real Madrid (2-1).
A los 227 goles anotados con el Boca Juniors en torneos locales y otros 43 en internacionales, Palermo suma 34 con el Estudiantes, nueve con la selección argentina, 21 con el Villarreal, uno con el Betis y tres con el Alavés. EFE