n (EFE).- El deportista mejor pagado del mundo en 2011 (75 millones de dólares), el golfista estadounidense Tiger Woods, sigue, en cambio, inmerso en una crisis: ahora causa baja por lesión, y por primera vez desde 1994, para el Abierto de los Estados Unidos que comenzará la semana próxima.
Tiger, de 35 años, rompe una serie de 17 años ininterrumpidos disputando el segundo de los torneos de ‘Grand Slam’, el señalado con rotulador fluorescente en el calendario de los golfistas norteamericanos y que él ha ganado en 2000, 2002 y 2008.
Sus dolores en la rodilla (esguince de ligamento grado 1) y en el tendón de Aquiles de la pierna izquierda no remiten al exprimir el «swing», por lo que el exnúmero uno mundial retrasa su reaparición, al menos, hasta el 30 de junio (AT&T National).
La noticia es la última gota que salpica del turbulento torrente informativo que genera Tiger Woods, desde aquel accidente a las puertas de su domicilio en Isleworth (Florida), a finales de noviembre de 2009.
El hierro 7 asido con furia por Elin Nordregen, que presuntamente impactó sobre el cristal trasero del Cadillac todoterreno de Tiger, puede que fuera el inicio de una secuencia posterior de golpes más duros. La trayectoria deportiva del golfista que revolucionó el golf desde su irrupción en 1997 ha variado, desde entonces, de manera considerable.
La crisis, ahora castigando articulaciones, sigue pegada a la espalda de Tiger: se desligó de Elin tras un divorcio multimillonario, cambió a Hank Haney, su tutor de «swing» durante seis años, por Sean Foley; perdió patrocinadores como Accenture, AT&T, Gatorade, Gillete y, el último este año, la revista especializada ‘Golf Digest’ después de 13 años de colaboración.
En esa mochila que arrastra Tiger no ha podido incluir título alguno, desde noviembre de 2009 (Masters australiano), y el peso de la carga le ha obligado a descender en la clasificación mundial, desde el primer puesto hasta el decimoquinto.
También y hace sólo dos semanas, Woods rompió con la multinacional que le representaba desde que se hiciera profesional en 1997, el «gigante» IMG, por fidelidad a Mark Steinberg, su agente desde finales de 1998.
Si atravesar una crisis es mutar o cambiar bruscamente el estado de las cosas, Tiger Woods continúa inmerso en ella, con el feo añadido de la peor de las secuencias para un deportista: las lesiones.
Tiger se dañó la rodilla otra vez, en el mes de abril, en el segundo golpe que dio en el hoyo 17 del Augusta National, en un escorzo bajo el llamado árbol de Eisenhower y en la tercera ronda del último Masters.
Acabado el torneo, el californiano se perdió el Campeonato Wells Fargo por un esguince en la rodilla y se retiró después de jugar nueve hoyos durante la primera ronda del The Players, por molestias en la pierna izquierda y tras pegar su primer golpe desde el ‘tee’ del uno.
«Estoy muy decepcionado por no poder jugar el Open, pero tengo que escuchar a los médicos y centrarme en el futuro», comenta Woods desde su página web, y añade: «Ha sido una frustración, en un año difícil, pero estoy sometido a mi salud a largo plazo».
Woods ha llevado hasta hace pocas semanas una férula a modo de bota protectora para ayudar a su recuperación en el tendón de Aquiles, aunque en verdad el golfista estadounidense lleva más de tres años luchando contra las lesiones.
«El Tigre» selló su decimocuarto título de ‘Grand Slam’ precisamente en el Abierto estadounidense de 2008, tras batir a Rocco Mediate en el desempate a 18 hoyos y pese a una ostensible cojera.
Inmediatamente después de esa épica victoria, Tiger confirmó la lesión que se produjo durante la última ronda de este torneo: doble fractura en la tibia izquierda por estrés, al tiempo que añadió que había estado jugando durante casi un año con un ligamento lesionado en la rodilla izquierda.
Como consecuencia de todo aquello, Tiger estuvo alejado de la competición durante ocho meses, incluido el Campeonato de la PGA de 2008.
Tras sus problemas personales a finales de 2009, Tiger estuvo fuera de combate hasta su reaparición en el Masters de Augusta, en donde acabó en la cuarta plaza.
En diciembre de 2010 perdió el liderazgo mundial, adelantado entonces por el inglés Lee Westwood, y en las próximas semanas puede que llegue más abajo del ‘top-20’ de la lista mundial, como consecuencia de su ausencia también de los torneos del mes de junio por el estado de los ligamentos de la rodilla y el tendón calcáneo.
Las novedades se suceden en la vida de Tiger: por primera vez, desde 1994, verá el Abierto de su país (16 al 19 de junio en el Congressional, en Washington) a través de la pequeña ventana de la televisión. EFE