Vecinos de un barrio cercano al Registro Civil del sur, tienen graves problemas por causa de los nuevos colectores de agua.
En Turubamba Alto, al sur de la ciudad, 200 familias corren el riesgo de perder sus casas como consecuencia del resquebrajamiento de las paredes internas y externas.
En algunas, inclusive los vidrios se han caído producto de la inclinación que ha sufrido el terreno. Según los pobladores, el problema comenzó a suscitarse desde hace tres meses.
Matilde Domínguez, habitante de la localidad, comenta que las fisuras en las paredes de su morada son cada vez más grandes. Teme que en cualquier momento la construcción se venga abajo. Por eso, tanto ella como sus vecinos piden una solución urgente a las autoridades competentes.
Mayra Vega vive en el barrio desde hace 18 años, y cuenta que a pesar de estar expuestos a las continuas vibraciones que genera cuando circula el Trolebús, los inconvenientes eran mínimos. Puntualiza que desde que se construyeron los nuevos colectores, la humedad ha ido carcomiendo el cemento de las edificaciones. Esta opinión la comparte Mónica Vela, quien también vive en ese complicado sector.
Añade que le parece injusto ver como el patrimonio de sus vidas se esta destruyendo. Afirma que representantes del Municipio le informaron que no pueden hacer nada porque esas construcciones son particulares.
Inseguridad y abandono
En Solanda, al sur de Quito, una casa fue derribada por el Municipio. La propietaria de la edificación, Cristina Endara, señala que accedió con la condición de que este espacio sea reutilizado para la comunidad. Sin embargo, los escombros de la vivienda sirven ahora como guarida de delincuentes y las autoridades no se han hecho presentes, según los moradores.