Yemen está cada vez más inmerso en una espiral de caos y violencia, con varios frentes abiertos contra el presidente, Ali Abdalá Saleh, que se aferra al poder. La Organización de las Naciones Unidas ha condenado los actos de represión en la localidad de Taíz, que han causado más de 50 muertos desde el domingo, según las últimas informaciones recibidas por el organismo. Organizaciones humanitarias han aportado nuevos datos sobre la represión gubernamental contra los manifestantes donde las fuerzas de Saleh no solo abrieron fuego sino que quemaron vivos a algunos opositores, mientras que otros resultaron aplastados por excavadoras.