Han pasado ya varios meses desde que el juez de Sucumbíos emitió el fallo, por el cual la petrolera Chevron debe pagar casi 9.000 millones de dólares por los daños causados en el medio ambiente amazónico. Tanta polémica ha desatado el tema, que hasta ahora se han puesto trabas para aplazar el pago. Si bien es cierto, el dinero no solucionará el daño causado en tierras y ríos que no volverán a ser los mismos, también es cierto, que es indignante que una empresa de tal magnitud se niegue a cancelar ese monto, sin tomar en cuenta toda la riqueza que acumuló en todos los años que se sirvió de nuestros recursos naturales. Ecuador dejó de percibir las ganancias que produjeron todos los pozos petroleros. Por lo menos habrá que devolverle lo que le pertenece a un país, del que los grandes monopolios se han aprovechado. En ese sentido, esta responsabilidad también es de los gobiernos ‘entreguistas’ que no han medido el impacto de la venta indiscriminada de los recursos nacionales.
