Miles de compatriotas y latinoamericanos han arriesgado todo, incluso hasta sus propias vidas por ingresar a territorio norteamericano. En los úlrimos días encontraron a centenas de inmigrantes hacinados en trailers de carga, con el objetivo de cruzar la frontera americana. A pesar del endurecimiento de las leyes en contra de la migración, muchas vidas se siguen perdiendo. Además, son víctimas del lucrativo negocio de los ‘coyoteros’ y los traficantes de personas, que a su vez mantienen estrechas relaciones con los cárteles de narcotricantes que pululan en territorio mexicano.
Un problema lleva al otro. La imparable violencia se va expandiendo por toda Latinoamérica y poco o nada se ha podido hacer para frenar ese ilícito. Las políticas de los países, sobre todo de los llamados del ‘tercer mundo’ deben contemplar más detenidamente la fuga de fuerza de trabajo que se da hace varios años. En este sentido, la lucha no es por ablandar leyes migratorias, sino evitar que las personas huyan de sus propios países.
