Vie. Nov 22nd, 2024

La mañana es soleada en el Estadio Olímpico Atahualpa. Ahí, a escasos metros de la cancha, sobre la pista, corre Rosalba Chacha, atleta ecuatoriana de 28 años que se calificó para participar en los Juegos Olímpícos de Londres 2012. Mientras da las vueltas finales, mira su cronómetro, se detiene y comienza a estirar sus músculos. Esto es señal de que la jornada de entrenamientos ha concluído.
Se sienta en el banco de suplentes y mientras respira suavemente, empieza a relatar su historia.

Infancia
Rosalba, cuenta que a muy temprana edad tuvo que abandonar su natal Ambato y venir con su madre hasta Quito. Aquí tuvo que luchar contra las visicitudes de la vida, pues los recursos económicos en su casa eran limitados. Comenta que cuando tenía 10 años, conoció a su primer entrenador, Ramiro Guerra, quien  buscaba nuevos talentos infantiles.
Inmediatamente la pequeña  ambateña se alistó en el equipo de atletismo escolar. Sus condiciones la hicieron destacarse del resto de sus compañeras.
A los 13 años, Chacha ganaba cada competencia a la que asistía, dentro y fuera de la ciudad.

El surgimiento de una estrella
Con una sonrisa entrecortada, y relajándose de las prácticas, recuerda que en 2001 se impuso como campeona sudamericana  sub 23  en una competencia realizada en Barquisimeto, Venezuela. A partir de ese momento, una seguidilla de triunfos formarían parte de la vida de la atleta. Se ha llevado el oro en varias ocasiones en los Juegos Bolivarianos, y le entregó al país la gloria, cuando hizo respetar su localía, ganando el primer puesto en la maratón sudamericana de montaña que se realizó en el Pululahua.

Motivación y
momentos difíciles
Hablando de su familia, su voz empieza a quebrantarse. Sus ojos se llenan de nostalgia cuando piensa en su pequeña Génesis, de cuatro años. Menciona que cada vez que se levanta, corre, triunfa o se cae. Siempre tiene en mente a su esposo e hija, aunque no los tenga cerca, porque ellos son su motivación.
Las lesiones también la han aquejado. Cree que quizá eso es lo más duro de este deporte. Pero no se ha dejado vencer, aunque el camino es largo. Su sueño es llegar lejos en la justa olímpica del próximo año.

Por adm