Desde el miércoles, comenzaron a operar los 28 buses articulados del corredor Sur-Oriental. Ir de Quitumbe a La Marín toma una hora y hasta la Floresta, 20″ más
Siete meses tuvieron que pasar para que los usuarios del corredor Sur-Oriental se movilizaran más cómodos y en menos tiempo con el inicio de operaciones de los 28 buses articulados que operan desde el 10 de mayo.
El inicio estuvo marcado por la desinformación de algunas personas, que no sabían hasta dónde llegaban las unidades.
En la estación El Capulí, por ejemplo, la gente desconocía cuáles eran los embarques para las integraciones de La Marín y La Cocha (sector El Beaterio).
Varios usuarios corrían de una fila a otra al darse cuenta de que no habían hecho la fila correcta. Esto también complicó el paso de los articulados que deben tomar el mismo carril.
Geraldo Chamasa, usuario, indicó que, a pesar de que el servicio de los articulados es bueno, los integrados no respetan las paradas y recogen pasajeros en cualquier sitio. «Una vez, una señora paró el bus en mitad de la calle, y casi la arrolla un carro», dijo.
En Quitumbe, varias filas de personas esperaban subir a los articulados e ir hasta la U. Católica sin desembarcar en La Marín, última parada de los 54 buses tipo que laboran desde octubre. «Prefiero tomar el articulado para llegar más rápido e ir más cómoda», indicó Gabriela Paz, usuaria.
Hasta El Recreo, el articulado demora 30 minutos. Esta parada, después de El Capulí, es la de mayor número de personas en espera.
Allí, los usuarios pueden hacer transbordo en cualquiera de las unidades del Sistema Trolebús sin costo adicional.
En el articulado, hay 40 asientos y un espacio en el que las personas en silla de ruedas se pueden ubicar y colocar un cinturón de seguridad. «Esto es bueno», dijo Laura Vélez, usuaria. «Muchas veces, el bus frena de golpe y los señores en silla de ruedas se golpean a sí mismos y al resto de personas», agregó.
Hasta el Playón de La Marín, el recorrido tarda cerca de una hora. La mayoría de usuarios que se dirigen hacia la Río Coca baja de la unidad en donde hay también la integración gratuita con la Ecovía.
Las personas que se quedan en los articulados son en su mayoría estudiantes que se dirigen a las universidades Católica, EPN, Salesiana o Andina, ubicadas alrededor de la av. Doce de Octubre. Llegan en 20 minutos.
Estefanía Castillo, alumna de la Universidad Salesiana, señaló que los viajes desde el sur son ahora más cortos con la nueva ruta. «En la noche, esta parada (Doce de Octubre) es muy útil, porque el sitio es peligroso», explicó.
Ese es el último andén. Los articulados giran luego por la calle Veintimilla para conectarse nuevamente a la Ecovía, en la parada Galo Plaza, y dirigirse así al Playón de La Marín.
De norte a sur, los articulados se desplazan por la mañana con un promedio de 30 personas cada uno hasta El Recreo. Sin embargo, el regreso de quienes viven en el sur tarda por la noche un poco más, por la congestión vehicular que hay a esas horas.
Respecto a las seis operadoras históricas de La Marín que quedaron fuera de las operaciones en el corredor, José Santamaría, presidente de la Cámara de Transportistas, explicó que ya llegaron a un acuerdo con el Municipio para la integración de sus conductores.