Una marcha contra la violencia con miles de personas, reunió en cuatro días a miles, llegando al Distrito Federal.
Cientos de personas partieron el jueves de Cuernavaca, capital de Morelos, vecino a la Ciudad de México y marcharon en silencio durante 80 kilómetros. Funcionarios municipales dijeron que la marcha aumentó a por lo menos 20.000 personas después que la mayor parte de los manifestantes se sumaron en la capital del país.
Entre los que marchaban había familiares de Marisela Escobedo, una mujer asesinada en el norteño estado de Chihuahua, mientras protestaba frente a las oficinas gubernamentales con el fin de exigir justicia para su hija asesinada, un caso que provocó un escándalo nacional.
El hijo del poeta, Juan Francisco Sicilia, fue asesinado en Cuernavaca el 28 de marzo, junto con otras seis personas. Algunos manifestantes tenían camisetas que decían “Todos somos Juan”.
La intensa violencia ha aumentado en la región desde que el capo Arturo Beltrán Leyva murió en un tiroteo con infantes de Marina en diciembre del 2009 en Cuernavaca. Esto llevó a la fragmentación de su cartel.
Desde entonces los rivales han colgado cuerpos mutilados en los puentes a lo largo de carreteras que conectan la Ciudad de México, Cuernavaca y el puerto turístico de Acapulco.
Ofensiva aumentó víctimas
Los organizadores de la marcha por la paz, denunciaron que desde el 2006, cuando el gobierno de Felipe Calderón asumió el poder de México y desplegó 50.000 militares en el país para combatir la violencia por el narcotráfico, el número de víctimas ha aumentado vertiginosamente hasta alcanzar casi 40.000 muertos.
Afirmaron además, que la Seguridad Nacional no sólo es cuestión de sacar las tropas a las calles, pues se tiene que pensar en estrategias que eviten la muerte de más personas. La ofensiva desplegada es el camino equivocado.