Vie. Nov 22nd, 2024

La muerte de Bin Laden se celebró en todo el mundo, pero se esperan represalias de grupos terroristas islámicos.

El anuncio ha sido acogido con tremenda alegría en Estados Unidos. Manifestaciones de júbilo, gritos, banderas estadounidenses y bocinas de automóviles pitando en son de celebración se escucharon en las calles de varias ciudades de Estados Unidos.
Según las autoridades estadounidenses, en  la operación militar han muerto cuatro personas más aparte de Bin Laden, entre ellos un hijo mayor de edad del terrorista, su mensajero y un hermano de éste y una mujer no identificada. Fuentes del Gobierno de Pakistán han asegurado que durante el asalto, cinco guardias de Bin Laden también cayeron y cuatro más han sido detenidos. La cadena Al Arabiya ha informado además que dos esposas y cuatro hijos de Bin Laden han sido detenidos.
El terrorista más buscado por Washington se encontraba en el interior de un complejo de lujo por completo fortificado. El presidente de Afganistán consideró a este hecho como un serio golpe al terrorismo y argumentó que el ataque en Pakistán demuestra que el combate real en contra de los terroristas está afuera de las fronteras de su país.
Por otro lado, Barack Obama informó que, tras haber recibido informaciones de inteligencia fiables sobre el lugar donde se encontraba Bin Laden, la semana pasada dio la orden de atacar.
De inmediato, la diplomacia estadounidense ha pedido prudencia respecto a las consecuencias en la lucha sobre Al Qaeda que podría tener el descabezamiento de la organización. Fuentes del Pentágono han asegurado que se trata de un golpe importante, pero que no es prudente bajar la guardia. Muy al contrario, Estados Unidos es consciente de que la muerte de Bin Laden podría desatar una ola de violencia contra sus ciudadanos. El Departamento de Estado ha alertado a todos sus ciudadanos en el mundo después de dar a conocer la noticia.
Para confirmar las sospechas estadounidenses, los yihadistas han lanzado las primeras amenazas. “Osama puede ser asesinado, pero su mensaje de la Yihad, no morirá jamás” son las palabras de los insurgentes afganos tras la difusión de la noticia.
Por su lado, el gobierno venezolano  ha condenado las celebraciones  que se dieron tras la muerte de Bin Laden, mientras algunos gobiernos latinoamericanos felicitaron a Washington por acabar con la vida del cerebro detrás de los atentados del 11 de septiembre de 2001. El vicepresidente venezolano Elías Jaua dijo que no deja de sorprender cómo se ha naturalizado el crimen y el asesinato, y cómo se celebra.
Para esclarecer las dudas sobre la muerte del líder         terrorista, un  alto funcionario estadounidense, bajo anonimato, afirmó que en el análisis de ADN al cadáver fue de 99,9% confiable.

Por adm