Unos sí y otros no se plegarán al paro de actividades anunciado por los transportistas del país. Este gremio sabe lo importante que resulta para la movilización de los ecuatorianos y por eso desean ser escuchados al intentar paralizar la frágil estructura de transporte. El detonante fue la aprobación de las enmiendas a la Ley de Tránsito, donde se endurecen más las medidas para quiénes están detrás del volante. Pero aquí lo único que se ven son lo saldos de muertos y heridos en las vías y carreteras del país. En lugar de lanzarse la pelotita unos a otros, por qué no se buscan mayores soluciones, porque los únicos perjudicados somos los usuarios expuestos a cualquier tragedia bajo la conducción de transportistas irresponsables, que no miden el alcance de lo que hacen. No se dan cuenta que son responsables de cada una de las vidas que llevan en sus unidades. Es cierto que el sistema de transporte es necesario para la vida diaria de cualquiera, pero también es cierto que sin pasajeros no hay servicio que prestar.