Las fuerzas de Muamar el Gadafi bombardearon la única población importante bajo control parcial de los rebeldes en el oeste de Libia (Misrata), mientras Francia dijo que la OTAN debería esforzarse más para anular las armas pesadas con que se ataca a los civiles. Semanas de ataques del gobierno han matado a decenas de personas en Misrata, donde escasean los alimentos y medicinas, según pobladores, médicos y defensores de los derechos humanos. Días antes, los rebeldes libios rechazaron la mediación de una misión africana, que no contemplaba la salida de Gadafi.