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París, 11 abr (EFE).- La ley que prohíbe llevar el velo integral entró hoy de facto en vigor en Francia, donde se practicaron las primeras detenciones de mujeres con burka y niqab durante una manifestación de apoyo a esas prendas islámicas en París.

Tres mujeres fueron arrestadas por la policía en una mediática operación que tuvo lugar frente a la catedral de Notre Dame de París, donde la asociación «No toques mi Constitución» había convocado una marcha contra la ley que prohíbe el burka.

Una de las detenidas llevaba un burka, otra un niqab y la tercera un hiyab, prenda esta última no prohibida por la ley que acaba de entrar en vigor.

La mujer que portaba el hiyab se disponía a leer un manifiesto cuando un grupo de agentes la rodeó y la condujo a un furgón policial, al igual que había hecho con anterioridad con las otras dos mujeres.

También fueron detenidos algunos de los responsables de la asociación convocante.

Oficialmente, un portavoz de la policía indicó que los arrestos no se debieron a que las mujeres llevaran velo islámico, sino a que la manifestación no contaba con los permisos reglamentarios.

«No toques mi Constitución» aseguró que había pedido esos permisos, pero que las autoridades se los negaron porque los motivos que reivindicaban estaban fuera de la ley.

La asociación reconoció que había convocado la manifestación frente a la catedral de Notre Dame «porque es un lugar simbólico del poder que la religión católica tiene en el país», dijo su portavoz, Rachid Nekkaz.

Los arrestos no acabaron con la determinación de las mujeres, que además de llevar el burka por motivos religiosos aseguraron portarlo a partir de ahora con carácter reivindicativo.

Kenza Drider, que se ha convertido en una de las figuras en favor del burka, tomó un tren desde Aviñón, en el sur de Francia, para participar en la marcha y, posteriormente, en un programa de televisión.

Pero fue arrestada por la policía al poco de llegar a la plaza delante de la catedral de Notre Dame, sin que apenas pudiera dirigirse a los medios de comunicación.

La mujer, de 32 años y madre de cuatro hijos, ha declarado en los últimos días que pretende proseguir la batalla jurídica contra esa ley, que puede continuar en el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo.

«No tengo intención de dejar de llevar el burka. Pagaré la multa todas las veces que sea necesario», indicó Nawal, la mujer arrestada con un velo integral.

La actitud de la joven pone de manifiesto la dificultad que las fuerzas del orden tendrán para aplicar una ley que se dirige a las aproximadamente 3.000 mujeres que, según las estimaciones del Ministerio del Interior, llevan esta prenda.

Muchas de ellas han decidido abandonar el país, según Nawal, otras quitarse el burka y otras, como ella, resistir.

Los agentes tiene órdenes expresas del ministro francés del Interior, Claude Guéant, de no actuar con violencia contra las que infrinjan la ley.

En una circular enviada el pasado día 31, el ministro ordena a los agentes que traten de convencer a las mujeres de quitarse el burka, pero que en ningún momento deben hacerlo por la fuerza.

En caso de que se niegue, la mujer será conducida a la comisaría, donde será retenida hasta que ceda.

La ley prevé una multa de hasta 150 euros para quienes porten esta prenda islámica, además de la imposición de cursos de ciudadanía a las que lo incumplan.

Más severamente se castigará a quienes impongan el uso del burka, que podrán ser condenados hasta a dos años de prisión y multas de 60.000 euros.

La ley, adoptada sin apenas oposición en Francia, fue aprobada hace seis meses, pero las autoridades decidieron poner un periodo de prueba para explicársela a quienes llevan esta prenda.

Francia se convierte en el segundo país del mundo que prohíbe el burka, también proscrito en Bélgica.

La decisión cuenta con la oposición de asociaciones como Amnistía Internacional o el Consejo de Europa, que consideran que supone un ataque a la libertad religiosa. EFE

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