Alex Aguinaga aprobó con éxito el primer examen. La hinchada canaria saboreó el triunfo ante Independiente del Valle. Respira el plantel amarillo.
‘El Guero’ redondeó el debut soñado. Ganó como visitante y la tribuna torera, que copó el estadio de Sangolquí, despidió con euforia a la plantilla, agradecida por el cambio de actitud de los jugadores, que transpiraron la camiseta con generosidad.
“No soy un mago”, dijo Alex en la conferencia de prensa tras la victoria, reflexionando con serenidad y llamando a la prudencia, después del coro multitudinario que terminó jaleando ‘óle’, cuando Barcelona se entretenía con la pelota, quemando los últimos segundos, antes del pitazo de Rody Zambrano, que extravió el reglamento en varios pasajes del emotivo encuentro.
Es un triunfo motivador, porque Barcelona exhibió personalidad y espíritu de lucha para remontar el gol tempranero de Narciso Mina, que sacudió la red porteña, al minuto de juego, cuando no terminaban de acomodarse en la cancha.
El penal que Marangoni cambió por gol en el minuto 11, anunció la remontada, que Matamoros transformó en realidad a los 22 minutos, en preciso tiro libre, que sorprendió a la barrera y al portero paraguayo Librado Azcona, después de una falta violenta de Kobe Hurtado, que ya tenía cartulina amarilla y que dejó a Independiente con 10 hombres, ofreciendo una enorme ventaja.
En el complemento, los hombres del ‘Turco’ Asad, en base a guapeza y agallas, fabricaron un penal, que Daniel Samaniego embocó al medio del arco para batir a Máximo Banguera, que voló hacia la otra punta, sin atinar defensa. Corrían 20 minutos del segundo tiempo y el ‘pueblo amarillo’ ya comenzó a inquietarse. Menos mal, que Aguinaga realizó variantes oportunas.
Ordenó el ingreso de Giovanni Nazareno, para debordar por la zurda como volante de ataque y a renglón seguido puso al ‘Memo’ Borghello , que en el minto 84 colocó un pase magistral en callejón, al que acudió Bryan de La Torre. El derechazo infernal del juvenil canario explotó en la red, sellando la valiosa victoria.
L a llegada de Aguinaga dejó las primeras huellas. Ha vuelto la mística y el compromiso colectivo. Ha regresado la prudencia y el orden táctico. Alex sabe que tiene un camino escabroso por delante, que es muy temprano para lanzar las campanas al viento, pero nadie puede desconocer, que su imagen sobria y ganadora, es una vía para recomponer el camino. ¡Bienvenido Maestro..!
Por: Raúl Cruz Molina