Según las autoridades niponas, el yodo radiactivo en las aguas cercanas a la central es 3.000 veces superior a lo normal. Los operadores de la central nuclear de Fukushima, en el noreste de Japón, dijeron que es inevitable que los cuatro reactores dañados sean desmantelados, mientras se anunció que la cantidad de yodo radiactivo en el agua de mar cercana a la planta es más de 3.000 veces superior a lo normal. Esos resultados se hallaron en una muestra tomada a 330 metros de distancia de una de las salidas de agua de la central.
El mismo elemento radiactivo, aunque en menores cantidades, fue encontrado en el mar a 16 kilómetros al sur de la planta. Pero la Agencia de Seguridad Nuclear aclaró que el nivel de radiación en el mar se reduce considerablemente a medida que se acerca a las zonas pobladas. En paralelo, la presencia de agua contaminada en varias zonas de la central dificulta el trabajo de los operarios que intentan reactivar el suministro eléctrico y el sistema de refrigeración, dañados por el sismo, y supone un riesgo por la posibilidad de que acabe en el mar. Tepco, empresa que administra la central nuclear, trata de drenar el agua que inunda los sótanos de las salas de turbinas de los reactores 1, 2 y 3 y los túneles adyacentes. Los reactores serán desmantelados inevitablemente.
Reciben ayuda internacional
Mientras los expertos japoneses continúan sus esfuerzos para enfriar los reactores de Fukushima, se anunció que Estados Unidos y Francia enviarán asistencia a Japón para contener el desastre nuclear. El gobierno y la compañía francesa Areva tiene previsto mandar a cinco especialistas nucleares, mientras que el propio presidente francés, Nicolas Sarkozy, hace una visita oficial en Tokio. Estados Unidos, entretanto, aportará robots para examinar los reactores junto con varias cámaras a prueba de radiación. La emergencia podría durar meses.