Los bares se van por encima de las normas, expeden licor desde tempranas horas y no cuentan con los permisos necesarios.
Los moradores de las calles Rumipamba y Bourgois, al norte de la ciudad, se quejan constantemente de los daños que causan los bares y locales de expendio de licor ubicados en el sector. En la zona existen dos universidades y dos colegios.
De acuerdo a lo que indica la Ordenanza Municipal 201, está prohibido vender bebidas alcohólicas o tener establecimientos de diversión nocturna a menos de 200 metros de instituciones educativas. Sin embargo, los dueños de estos locales comerciales hacen caso omiso de la norma dispuesta.
Andrés Castillo, vecino del lugar, comenta que los operativos no solucionan el problema, ya que cuando estos locales son clausurados al día siguiente los abren sin ningún problema. Por su parte, Alejandro Zavala, vocero de la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE), señala que es una vergüenza que los camiones de cerveza se estacionen a tan solo cinco metros de los predios universitarios.
Al momento, los habitantes han formado un frente para pedir a las autoridades que se ocupen de este problema, pues el barrio se ha vuelto peligroso.
Los bares pululan en el norte
En el sector de la Universidad Central, en el norte de Quito, decenas de bares se ubican a pocos metros de los predios universitarios. A esto se suman cinco centros de diversión para caballeros que funcionan sin tener en cuenta las normas establecidas. Esto se ha convertido en un problema para los estudiantes que son víctimas de la delicuencia que atrae este tipo de lugares de diversión.