Diyarbakir, (EFE).- Decenas de personas resultaron heridas y más de una treintena de manifestantes fueron detenidos hoy tras los enfrentamientos entre la policía turca y nacionalistas kurdos registrados durante las celebraciones del Newroz, el Año Nuevo kurdo.
Cientos de miles de personas celebraron el Newroz -que este año se ha adelantado un día para hacerlo coincidir con un domingo- en las ciudades del sudeste de Turquía, donde se concentra la mayoría de la población kurda, pero también en otras ciudades a las que han emigrado los kurdos, como Estambul, Esmirna y Bursa.
En Diyarbakir, la capital oficiosa de los kurdos de Turquía, decenas de columnas de humo de otras tantas hogueras se alzaban hasta el cielo desde por la mañana para celebrar la llegada del nuevo año y las calles lucían repletas de felicitaciones del Newroz en kurdo, algo inimaginable diez años atrás.
Mientras, un helicóptero policial y otro militar sobrevolaban la ciudad.
«El Newroz es libertad. Queremos vivir libremente nuestra identidad, reclamamos una autonomía democrática», explica Xebat, un joven kurdo, a la vez que sus amigos saltan sobre hogueras improvisadas con neumáticos y trozos de madera.
«Este Gobierno (de Recep Tayyip Erdogan) no ha hecho nada por nosotros, sino que ha detenido a nuestros políticos», añade en relación a las operaciones contra el supuesto entramado urbano del grupo armado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en las que 151 activistas han sido detenidos, incluidos alcaldes electos de la primera formación kurda, Partido de la Paz y la Democracia (BDP).
Niños, jóvenes, adultos y ancianos de ambos sexos, engalanados con los colores del Kurdistán (rojo, amarillo y verde) cantan, bailan y corean eslóganes a favor del líder del PKK, Abdullah Öcalan, encarcelado a perpetuidad en la isla-prisión de Imrali.
El ambiente es tenso y, cuando los jóvenes comienzan a lanzar objetos a un grupo de los 3.000 policías que los vigilan, las fuerzas de seguridad lanzan bombas de gas lacrimógeno a discreción, convirtiendo la ciudad en el escenario de una batalla campal, igual que ha ocurrido en otras localidades kurdas.