Dom. Oct 20th, 2024

El “Contador de historias” brindó un show maravilloso en el Atahualpa de Quito desbordando la euforia

El “Rey de las fábulas de Amor”, Ricardo Arjona, el último viernes se tomó el fortín del “Olímpico Atahualpa” y brindó un espectáculo fuera de límites. Los quiteños se la gozaron, quedaron saciados de los poemas que brindó, el “Grande de la balada”.

La espera valió la pena

Los fans, desde tempranas horas se dieron cita al “Coloso del Batán” y esperaron con ansías para ver deslumbrar a su “estrella”. No les importaba nada. Llueva, truene o relampaguee, querían obtener el mejor sitio para apreciar a su ídolo.
De esta manera, grandes mareas llenaron las localidades del centro deportivo y al fin llegó la hora de ver su sueño cumplido.

El show

Exactamente a las 21h00, se prendieron las luces del escenario  e iluminaron el campo para recibir al cantante guatemalteco. La canción “Quinto piso” de fondo, una palestra convertida en un barrio, un bar, un automóvil, pantallas gigantes, una avenida, cuerpo teatral y más se plantó. Así se presenció el aterrizaje del artista, quien desde un mágico edificio bajó cinco pisos y apareció.
Ricardo saltó con su “look” característico. Amarró su cabello, lució una chompa blanca, chaqueta negra, jeans y el complemento fueron sus zapatos deportivos.
La “facha” perfecta para iniciar un verdadero derroche de melodías. Arjona lanzó su primera flecha y calentó los motores de sus seguidores, con el tema de su nuevo álbum, “Que nadie te vea”.
“Acompáñame”, “Realmente no estoy tan solo” y “Desnuda”, sazonaron la “Casa de la Selección”.
“Buenas noches. Hace cuánto que no vengo. Estamos aquí para lo que ustedes quieran. Vamos arrancar Quito”, fueron las primeras palabras que brindó Arjona a su público.
Ricardo con estás frases se subió a un automóvil y recorrió la avenida para deleitar a los ecuatorianos, con su conocida canción “Historia de un taxi”.
Arjona se pegó una completa lluvia de sorpresas. Estaba para complacer a todo el mundo. Ofreció un tremendo “víacrucis” de amor, como él mismo llamó a un trío de melodías que ofreció para los capitalinos.
“Esto es para las mujeres que nos hacen sufrir”, señaló con aire de víctima del amor.
Combinó “Don David”, “Casa de locos”, “El Demonio” y cortó las venas de todos los que asistieron.
Los temas “Que nadie vea”, “Jesús es verbo no sustantivo”, “Dime que no”, “Cuándo”, y con una “Señora de las cuatro décadas” en el propio escenario, Ricardo desató miles de aplausos. Deleitó a la gente con más de 26 canciones.

Sin fin de maravillas

Ricardo Arjona durante toda la presentación interactúo con el público e incluso con su gran amiga, la cantante mexicana Paquita la del Barrio, quien apareció desde un balcón del edificio para saludar a su pana del alma.
Hasta un “Rata de dos patas”, se llevó el cantante, quien criticó a los galanes traicioneros.
Después de la amena conversación, juntos interpretaron el tema “Ni tú ni yo”.

Excelente talento y ser humano

El cantante demostró y dejó claro su don de gente único. Todos nos quedamos sin “palabras”, cuándo pidió cordura y control de la gente para bajar hasta el lado sur del escenario. Desde ese sitio, las personas casi no lo miraban.
Arjona, acompañado de un estricto resguardo policial se dirigió a los graderíos y cantó a viva voz, para los amantes de su género.
Les ofreció un verdadero signo de humildad y su trabajo con calidad. Con este gesto, se pone una vez más de manifiesto, que Arjona no vive de prejuicios.
Un acto que quedará grabado en los corazones de sus seguidores y en los espectáculos ecuatorianos, ya que es la primera vez que un artista extranjero se desenvuelve de esta manera.

La despedida

El guatemalteco abandonó la puerta de la capital con el tema “Mujeres”. Explotó su garganta hasta más no poder. El violín, las guitarras y todos los instrumentos retumbaron para despedir al “Contador de historias”.
Así a las 23h00, se bajó el telón de un show que quedará grabado por siempre en las mentes de quienes tuvimos la oportunidad de presenciar la historia de un maravilloso relator de realidades. Felicitamos a la organización. El concierto rebasó las expectativas de los quiteños.

Por Belén Pacheco.

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