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Santiago de Chile, 8 mar (EFE).- Los restos de dos víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet, una de ellas un adolescente de dieciséis años, han sido identificadas por el Servicio Médico Legal, tras haber sido exhumados en 1991 en el Patio 29 del Cementerio General de Santiago, informaron hoy fuentes judiciales.

Se trata de Orlando Ponce Quezada, de 16 años y de Mario Casanova Pino, de 34, que formaban parte de 125 cadáveres enterrados ilegalmente en 108 tumbas marcadas como «NN» en el Patio 29 del Cementerio General de Santiago en 1973 y exhumados en 1991 por orden de la Justicia.

Ese año, al ser preguntado por el hecho de que en algunos ataúdes había dos cadáveres, el general Augusto Pinochet ante periodistas elogió «la economía» que ello suponía.

Orlando Ponce Quezada, según dijeron a Efe fuentes de derechos humanos, fue detenido el 8 de octubre de 1973 durante un allanamiento masivo de militares y carabineros en la población obrera «Cerro Colorado», del municipio santiaguino de Renca.

El adolescente, según testimonios de testigos, fue subido a una camioneta roja a cargo de carabineros, que lo pusieron boca abajo en el piso del vehículo para luego saltar sobre su cuerpo.

Junto a otros detenidos, fue trasladado a la Comisaría de Renca y dos horas más tarde llevado en la misma camioneta a un costado del Cerro Colorado, donde soldados de la Fuerza Aérea le dispararon por la espalda.

Su cadáver permaneció tres días en el lugar, tras los cuales unos carabineros lo introdujeron en una bolsa y se lo llevaron con rumbo desconocido.

En tanto, Mario Casanova Pino fue ejecutado con numerosos disparos en la mañana del 24 de septiembre de 1973 en una calle de Santiago y permaneció como detenido desaparecido hasta 1991, cuando se esclareció que había sido enterrado como «NN» en el Cementerio General.

Según varios testigos, en la tarde del 17 de septiembre de 1973, carabineros de la IV Comisaría de Santiago se presentaron en el domicilio familiar acompañados por Mario Casanova, a quien llevaban esposado.

Su rostro tenía señales de haber recibido golpes. Los policías señalaron que investigaban la comisión de un hurto y después se lo llevaron nuevamente. Al día siguiente, los familiares concurrieron hasta el cuartel policial, pero la detención fue negada.

El Servicio Médico Legal remitió los datos de ambas identificaciones al juez especial Alejandro Solís, a cargo de la investigación relativa al Patio 29, y que deberá comunicar el resultado de las pericias a las familias de las víctimas y ordenar la entrega de los restos. EFE

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