La autoridad palestina pretende incluir nuevos facciones en el Gabinete, tras las protestas que han sacudido el mundo árabe. El primer ministro palestino, Salam Fayyad, presentó su dimisión al presidente Mahmud Abbas. El anunció se realizó en una reunión del gabinete de gobierno palestino que tuvo lugar en Ramallah y en la que se esperaba la disolución del gobierno para tratar de evitar un levantamiento popular como los de Túnez y Egipto.
La idea es cambiar las caras de un Ejecutivo palestino desprestigiado. Es una reforma de la que se habla desde hace meses, pero que ahora parece haber cobrado urgencia al calor de las revueltas populares en el mundo árabe.
La remodelación se produce después de que la Autoridad Palestina anunciara la convocatoria de elecciones presidenciales y legislativas antes del próximo septiembre. El mandato del presidente, Mahmud Abbas, expiró en enero de 2009. Desde entonces, la rivalidad entre los grupos radicales de Hamás y Fatah ha impedido la celebración de comicios. El movimiento islamista ya ha anunciado que no piensa participar en la nueva convocatoria de elecciones ni reconocer los resultados. Sin la participación de los palestinos de la franja de Gaza, no está claro que los comicios vayan a ser viables.
Poder en manos del ejército
El Ejército egipcio es ahora quien tiene el poder supremo tras la salida de Mubarak. El Ejército, institución respetada por los egipcios y que ha intentado mantener la calma durante la revuelta, asumió todo el poder.
El Mariscal Mohamed Tantaui, hasta el momento ministro de Defensa de Mubarak, emitió un comunicado en el que el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas gobernaría por decreto, se suspendía la Constitución y se disolvían las dos Cámaras del Parlamento y se anunciaban elecciones para dentro de seis meses.