Después de impulsar la donación de órganos, iniciativa que puede salvar muchas vidas, ya se perfila una nueva ley anti-tabaco que regularía con más dureza el expendio de los cigarrillos en el país. Lo preocupante de este problema de salud pública, es que cada vez, se acerca más a los jóvenes. Ahora niños de 10 a 12 años sienten curiosidad por fumar, ya que lo consideran como un asunto de adultos y quieren verse y sentirse como tales. Quizá la publicidad de las tabacaleras debería redireccionarse, teniendo un poco más de conciencia social. Si bien es cierto, que todos tenemos derecho a la libre venta y competencia de productos, también se debería considerar el impacto humano y ambiental que ocasiona fumar. En el país debería eliminarse la venta de cigarrillos por unidades, ya que los adolescentes tienen mayor acceso. Este consumo es totalmente adictivo y antes de hacerlo deberíamos pensar en las enfermedades que desencadena y que muchas veces no tienen vuelta atrás.