Cristobal Rogel mató a sangre fría a su empleador, después de recibir una incómoda orden de trabajo. El asesino no tuvo piedad.
Con la mirada caída y con las manos aún manchadas con sangre, la muchedumbre de un barrio popular de Playas había capturado al sospechoso del asesinato de Julián Guachi León.
Según la versión de los moradores del sector, Cristobal Rogel, trabajaba para la camaronera que dirigía Julian Guachi León, desde hace algún tiempo.
Pero la mañana del martes las cosas tomaron un giro inesperado, cuando el empleado al no querer obedecer las órdenes de Guachi León, arremetió contra su humanidad propiciándole 7 puñaladas, cuatro de ellas fueron mortales.
Al notar la gravedad del acontecimiento, el obrero salió en apresurada carrera, pero los moradores del sector después de una persecución por lugares aledaños, lograron capturarlo.
Con claros signos de encontrarse bajo los efectos de alguna droga, el mal empleado, se condenó por los hechos indicando que su proceder se basó en las agresiones que el empleador le había propiciado durante la riña que mantuvieron.
“Él me golpeaba, me gritaba. Fue en ese momento que tome un cuchillo de cocina y se lo clave en reiteradas ocasiones. Perdí la cabeza por la forma en la que me trató”, señaló con furia Cristóbal Rogel.
“Hemos inicado las investigaciones con el fin de establecer los detalles del macabro hecho, por ahora el acusado será detenido y puesto a órdenes del fiscal de turno. El determinará su proceder”, informó el policía Robert Ordóñez.