Melbourne (Australia), 25 ene (EFE).- El suizo Roger Federer dio un paso más en la defensa de su corona en Australia y reservó su espacio en las semifinales con el triunfo ante su compatriota Stanislas Wawrinka, incapaz de revelarse contra su inferioridad, similar a la del checo Tomas Berdych ante el serbio Novak Djokovic.
La creencia de que nuevos vientos podían llegar al circuito en este curso se ha quedado por ahora a medio camino. A falta de que Rafael Nadal y Andy Murray completen el póquer tradicional, siguiendo el orden establecido desde hace años, Federer y Djokovic sobrevivieron, como siempre, al resto.
Las dudas que pretendían inquietar a Federer tras una primera semana irregular desaparecieron en el choque ante su compatriota Stanislas Wawrinka, reputado por sus triunfos ante el francés Gael Monfils y, sobre todo, contra el estadounidense Andy Roddick, que se difuminaron en el cara a cara con su paisano.
Federer se encontró con el partido más fácil (6-1, 6-3 y 6-3). Y estará, por séptimo año seguido, entre los cuatro mejores del Abierto de Australia.
«Hice un buen partido. Empecé muy bien. Wawrinka era un rival duro que había ganado a jugadores como Gael Monfils o el estadounidense Andy Roddick. Pero tampoco fue un partido fácil para él. Yo tengo más experiencia. He estado aquí muchas veces y estoy hecho a la presión», dijo el suizo.
Sin embargo, el serbio Novak Djokovic amenaza el reinado de Federer. El balcánico asoma, junto a Andy Murray, como la raqueta más firme en el Melbourne Park. Acabó con la perspectiva de su rival, nuevo en los cuartos de final de Australia, un escenario que se le agigantó a pesar de la experiencia acumulada al llegar a la final del último Wimbledon.
El tenista centroeuropeo se diluyó en cuanto la ocasión requirió un paso al frente. Despreció una ventaja de 4-1 en el segundo set y empezó a cavar su propia fosa.
Djokovic, mientras tanto, se aseguró el retorno a las semifinales en el Abierto de Australia, de las que estuvo ausente en los dos últimos años. Justo después de haber ganado su único ‘major’, hasta ahora, en el 2008.
El torneo femenino subrayó la condición de número uno de la danesa Caroline Wozniacki. El triunfo ante la italiana Francesca Schiavone (3-6, 6-3 y 6-3), le asegura la permanencia en el trono del tenis femenino a la salida del Melbourne Park.
Wozniacki logró situarse entre las cuatro finalistas del primer Grand Slam de la temporada después de una lucha de más de dos horas, que prolongan su empeño por conquistar por fin un Grand Slam que lustre su condición de dominadora del circuito.
Schiavone fue víctima de su propio esfuerzo y de sus errores. Totalizó 47. Casi el doble que su adversaria, que reaccionó con determinación cuando la transalpina, cargada de motivación después de su épico triunfo de octavos ante la rusa Svetlana Kuznetsova, se apuntó el primer set.
«Ya tengo el número uno. Ahora quiero ganar los dos partidos próximos para conquistar el torneo. No tengo dudas», advirtió Wozniacki, que se enfrentará en semifinales a la china Na Li.
La jugadora oriental tumbó a la alemana Andrea Petkovic (6-2 y 6-4) en ochenta minutos.
La undécima raqueta del circuito femenino, que la próxima semana aparecerá entre las diez primeras, no dio opción a su adversaria, que estaba en unos cuartos de final por primera vez en su carrera. EFE