El hijo de un taxista que hace ocho días perdió a su esposa y otros dos vástagos en el ataque a un autobús de pasajeros en Guatemala, se convirtió en la octava víctima mortal de este atentado con una bomba incendiaria atribuida a pandilleros.
Fuentes del Hospital Roosevelt informaron hoy a periodistas que Jorge Enrique Cac, de 13 años, hijo del taxista Efraín Cac, de 34, murió anoche debido a la gravedad de las quemaduras en el 80 por ciento de su cuerpo.
El cuerpo del menor, que acompañaba a su madre Alicia Zacarías, de 35 años y a sus hermanos Nury y Gerson Cac, de 3 y 11, respectivamente, y quienes murieron en el ataque, fue retirado hoy del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), a donde fue llevado tras su muerte, y trasladado a un municipio del sur del país para su velatorio.
Su padre, según fuentes del Hospital Roosevelt, ha sido internado en ese nosocomio, sedado y está bajo fuertes medidas de seguridad, por temor a que cometa un suicidio.
El pasado martes, el taxista había advertido que se quitaría la vida si el único hijo que le quedaba no sobrevivía al ataque.
Con la muerte del menor ascendió a ocho el número de víctimas mortales del ataque con una bomba incendiaria a un autobús de pasajeros de la empresa de transporte Rutas Quetzal en Guatemala.
El mismo día del ataque fallecieron seis personas, entre ellas la esposa y dos hijos del taxista, y posteriormente falleció otro pasajero.
Jorge Enrique Cac permaneció en el intensivo del nosocomio desde el día del ataque y no experimentó ninguna mejoría debido a la gravedad de las quemaduras en su cuerpo.
El ataque al autobús de pasajeros ha sido atribuido por las autoridades a una célula de la Mara 18 conocida como «Little Sayco Criminal».
Hasta ahora han sido detenidos por ese hecho Doménica Carrera Hernández, alias «La Paquetona», de 20 años, y Edwin Avendaño, uno de los socios de las Rutas Quetzal, a quien el fiscal contra el Crimen Organizado, Rony López, señala de ser el responsable de cobrar las extorsiones que exigían los pandilleros a sus compañeros empresarios.
«Esta persona se encargaba de recolectar el dinero, pero se quedó con parte de las extorsiones. No entregó el dinero a sus destinatarios», y ese habría sido el móvil del ataque, declaró López la semana pasada.
El ataque mortal, según las investigaciones, fue planificado y ordenado por Gustavo Pirir y Eulogio Escobar, pandilleros que estaban recluidos en el Preventivo de la zona 18 y que luego del hecho fueron trasladados a la cárcel Fraijanes II, en el surte del país, en donde están aislados. EFE