Seis años sin probar “Azúcar”

Recordamos la muerte de la «Guarachera cubana» Celia Cruz, al puro estilo de su tumbao

Hace seis años que la legendaria  “Guarachera de Cuba”, Celia Cruz, partió de este mundo, dejando un gran vacío en la música latina. Aún así, sus canciones todavía conquistan corazones alrededor del planeta, y su esencia llena de inspiración a las nuevas generaciones.
Inicios
Celia Caridad Cruz Alfonso, nació en el barrio de Santos Suárez de La Habana el 21 de octubre de 1924. Si bien algunas fuentes señalan su nacimiento, cuatro años antes, y otras en 1925, los datos resultan difíciles de comprobación, dada la persistente negativa de la estrella a confesar su edad.
 Celia Cruz inició su carrera artística cantando y bailando en las famosas, “corralas habaneras”.
Participó en programas radiofónicos para aficionados, en los que obtuvo premios como un pastel o una cadena de plata. Hasta que con su interpretación del tango “Nostalgias”, consiguió sus primeros 15 valiosos e inolvidables dólares.
La “Guarachera” cantó en las orquestas “Gloria Matancera” y “Sonora Caracas”, donde formó parte del espectáculo, “Las mulatas de fuego”.
En 1950 pasó a integrar el elenco del cabaret “Tropicana”. Ahí la descubrió el director de la conocida orquesta “Sonora Matancera”, Rogelio Martínez, quien no pensó dos veces y la contrató para reemplazar a Myrta Silva, en ese entonces la solista oficial de la agrupación.
Época dorada
Mientras todo el éxito estaba hecho para Celia, ella no pudo ser profeta en su propia tierra. La dictadura comunista que implantó Fidel Castro, la obligó a abandonar su patria y viajó hasta el país de los “Gringos”, Estados Unidos.
Cruz lanzó la flecha en el lugar exacto. En la “Yoni” selló su primer compromiso para actuar, nada más y nada menos, que en el “Palladium de Hollywood”.
Tres meses después, el 14 de julio de 1962, se casó con el trompetista, Pedro Knight, quien se convirtió en su representante.
Celia Cruz partió su trayectoria como solista junto al percusionista Tito Puente, con el que grabó ocho álbumes.
Posteriormente, intervino en un concierto grabado en vivo en el Yanquee Stadium con “All-Stars”, un conjunto integrado por líderes de grupos latinos.
 En 1974, la “Guarachera” ya era ultrafamosa. Grabó el disco “Celia & Johnny” con el flautista dominicano Johnny Pacheco. El material fue el primer clásico de su género.
Los peores golpes de su vida.
Celia sufrió mucho por la muerte de su madre, a quien ni siquiera le dio el último adiós, ya que no pudo entrar en la isla para asistir al entierro. Llegó a confesar incluso que estaba dispuesta a inmolarse haciendo estallar una bomba, si con ello hacía desaparecer al Comandante. El fallecimiento de su padre también llenó de tristeza a la artista.
Sus mejores éxitos
Temas como “La negra tiene tumbao”, “Químbara”, “Usted Abusó”, “La vida es un carnaval”, “Guantanamera”, “Bemba Colorá”, entre muchos más, marcaron la carrera de esta gloria de Cuba y del mundo entero.
Reconocimientos
Durante sus más de 50 años de carrera artística, Celia fue merecedora de más de 100 reconocimientos mundiales, múltiples discos de oro y platino, tres premios Grammy, cuatro Latin Grammy. Además consiguió una estrella en el “Paseo de la Fama de Hollywood”.
Fue distinguida por el Fondo Nacional de Artes, y recibió un “Doctorado en música” de la Universidad de Yale.
Su final
Celia, a pesar que se operó para extirparse un tumor que tenía en el cerebro, falleció la tarde del 16 de julio del 2003.
El mundo nunca olvidará a una de las cantantes cubanas y latinoamericanas más exitosas del siglo XX.
“La Guarachera” se destacó por su calidad como cantante y por su famosa palabra: ¡Azúcar!.

Por Belén Pacheco.