Ríos de gente, en ordenada caminata destinan sus ojos hacia el cielo, elevando oraciones al Dios eterno por el alma de sus difuntos.
¿Qué decir del Día de los Muertos en nuestro país?. Para empezar es toda una fiesta, llena de colores y motivos alegres, que refieren a la muerte, pero a la muerte desde otra perspectiva. Con la herencia de la cultura indígena, el pueblo ecuatoriano festeja el día de los muertos, aprovechando esta ocasión para acercarse a sus queridos difuntos y celebrar la vida.
Es que la cultura ecuatoriana enseña que los espíritus de los ancestros no son para nada de temer, sino todo lo contrario, y este día es la ocasión ideal para reunirse con ellos en una atmósfera de paz y respeto especial.
Algunas comunidades indígenas celebran aún un antiguo rito, el encuentro con el fiel difunto durante una comida sobre su tumba. Según la creencia, el muerto vuelve cada año, entonces hay que prepararle sus platos preferidos. Los vivos esperan que el invitado haya terminado de comer, antes de servirse. Muchas veces, sólo les quedan las sobras.
En algunas regiones se le trae además las armas y los objetos que le eran valiosos, o se le invita también a jugar al ‘Juego del Piruruy ‘, una disputa con dados y la fuerza humana.
Según la suerte que tire, se pueden conocer sus necesidades o sus reproches. Y gracias a este dado tallado en un hueso de llama, se pueden también resolver los desacuerdos.
Flores, colada, unión y paz
Las familias mestizas del país se reúnen alrededor de una comida tradicional. Guaguas de pan (figuras de pan con forma de niños), acompañadas con la colada morada, una bebida hecha a base de maíz violeta, de moras y de otras frutas. Son los platos tipicos especiales que hacen de este día una jornada especial de encuentro familiar. En algunos hogares es una costumbre llevar flores a las tumbas de sus amados. Se las colocan después de haber limpiado el lugar donde se enterró al familiar.