Continúan investigaciones de la protesta policial
La mañana de ayer, en los exteriores del Regimiento Quito No.1 y el hospital de la Policía, la Fiscalía organizó el proceso de reconstrucción de los hechos ocurridos el pasado jueves, tras la sublevación policial en contra del régimen. Al lugar acudieron autoridades como el ministro del Interior, Gustavo Jalkh, quien vigilará de cerca esta parte de la investigación. También estuvo el Ministro de Finanzas, Patricio Rivera, legisladores de Alianza País, representantes de la Policía Nacional y Fuerzas Armadas.
El fiscal Miguel Palacios explicó que esto es parte de las investigaciones para determinar los responsables del caos que se presentó la semana pasada, así como el secuestro y el presunto atentado contra la vida de Rafael Correa.
Por otro lado, el Comandante del IV Distrito de Policía, Crnel. Juan Ruales, informó que en las provincias que integran el recinto que dirige, han sido aprehendidas 48 personas que están seriamente involucradas en los diferentes hechos delictivos, entre los detenidos, hay 2 peligrosas bandas, que fueron sorprendidas en delito flagrante asaltando en Portoviejo y Machala.
Reafirman intento de asesinarto a Correa
El registro de comunicaciones de la radio patrulla de la Policía Nacional deja en evidencia que durante la noche del pasado jueves, en momentos del rescate del presidente, los policías sublevados y que bloqueaban la salida del hospital de la institución, tenían la intención de atentar contra la vida de Correa.
Así se evidencia en una grabación de audio en la que se escuchan mensajes explícitos como “maten a Correa”, “el man no sale hoy”, “mátenlos, boten bala, dispárenle”, “embosquenlen”, “no lo dejen salir a ese maldito”, “ese man no sale si no firma”, “maten a ese hp de Correa”, “corten el fluido eléctrico”.
Policías ocultos como maleantes
Entre los videos que son analizados de la caótica protesta que se presentó la semana pasada, se han registrado a mujeres policías uniformadas, tapadas con pañuelos en sus rostros; además de policías en su traje de operativo, con camisetas enroscadas en sus rostros para ocultarse, mientras agredían violentamente a los ciudadanos.